Thursday, March 23, 2006


Hoy fui al cine y además de que la película me divirtió ("The Weather Man", con Nicolas Cage), me cayó un veinte que me pareció muy interesante. Me explico: por lo general, las películas gringas clasificadas como "comedias románticas" (el clásico churro cursi donde un chico o chica conoce a la chica o chico que se convertirá en el amor de su vida, son felices durante un cortísimo tiempo, se pelean -o hay un malentendido, que es lo mismo- se reconcilian y, ahora sí, son felices para toda la vida) pintan el mundo de color de rosa. Pero además de eso, ejercen cierta presión social al enviar el mensaje de que lo más natural del mundo, lo normal, deseable, y casi obligatorio, es casarse y formar una familia. Por otra parte, otras películas (como la que ví esta noche) pintan un mundo gris en el cual la crisis de la edad adulta termina por opacar el color rosa de la vida pre-matrimonial. ¿Qué pasó con esa pareja en la que el enamoramiento es tal que el chico (o chica) en cuestión deja todo (un viaje, una oportunidad de oro, una beca importantísima, etc) por recuperar a su chica (o chico) ideal? Tal vez sea ingenuo y hasta choteado para algunos, pero Hollywood nos está recetando mensajes contradictorios; por un lado está el de "¡Cásate! no te conviertas en "quedado" (o "quedada")", y por otro está el de "Si te casas, te arriesgas a llevarte esa desilusión de la edad adulta". Esto no es una cuestión de a cuál mensaje hacerle caso, sino de que cada quien halle su propio camino. Un mensaje rescatable y paradójicamente consolador se puede encontrar en esta película en boca de Michael Caine (el padre del personaje principal interpretado por Nicolas Cage: "Por lo general, lo que resulta más difícil de hacer (o la decisión más difícil de tomar) equivale a hacer lo correcto...Nada que tenga significado en esta vida es "fácil". La palabra "fácil" no entra en el diccionario de la vida adulta".

Saturday, March 04, 2006

Río de historias

La líder, ninfómana y ultra-revolucionaria, de un grupo terrorista posmoderno que aboga por hacer de la revolución sexual una revolución homosexual; El viaje en el tiempo de un personaje que intenta recuperar memorias de una oportunidad de amor desaprovechada; La alternativa a la rutina de la cotidianeidad: otorgarle a un dado el poder de tomar las decisiones diarias de la vida; La hipótesis de que todo aquel que argumenta haber sido abducido por extraterrestres podría ser una víctima más de algún tipo de abuso sexual a tempranísima edad; La historia de cómo las historias que escribimos nos pueden llevar a sumergirnos en ellas hasta la frente...a costa de nuestra propia vida; La travesía de un travesti para encontrar su identidad en la Irlanda de los 70´s; Obviar lo obvio: un sentimiento humano universal que a veces recae en personas del mismo sexo; La oportunidad de un pianista de perdonarse a sí mismo por tener miedo al amor; La obsesión de las personas por preservar objetos de la más diversa índole que no se han perdido, sino sólo han pasado a formar parte de la memoria; El eterno conflicto humano entre el bien y el mal moral, crimen y castigo, impulso y culpabilidad; Tres miradas al amor en tres tiempos distintos, ¿evolución o involución?; Un sueño que por su misma naturaleza de ser sueño, no cabe en la realidad, pero atormenta al personaje; La lucha de dos personajes por lavar su vida de culpas, remordimientos, y angustias, a base de puros golpes...

Esto ha sido, en pocas palabras, el FICCO 2006 para mí. A diferencia del FICCO 2005, el de 2006 no me ha dado las sorpresas que me dió el del año pasado. ¿será que, como bien lo dijo Mikage, una simpática jovencita creada por la pluma de Banana Yoshimoto en "Kitchen", sólo hay una primera vez para toda experiencia? El FICCO 2005 fue mi primer Festival de Cine en la ciudad de México, y tal vez por ser el primero, también acabó siendo muy emocionante. O tal vez se deba a que no corrí tanta suerte este año. Como alguna vez lo planteó Carl Sagan en su libro "Cosmos", si al proceso evolutivo que ha ocurrido en la Tierra a lo largo de tantos años se le diera ´fast rewind´ y la cinta se tocara de nuevo desde principio hasta el tiempo actual, no es seguro que la vida fuera exactamente igual a como la conocemos hoy en día. Así entonces, de un año a otro de FICCO´s, lo aleatorio de la selección de películas (la de los organizadores, y la mía) podría desembocar en muchísimos resultados diferentes. Pero no me quejo: lo he disfrutado como enana, y aunque este año no ví tantas películas como en el pasado (2005: 25 cintas, 2006: 16), sigo abrumada por la imposibilidad de verlas todas. Quedan por ver muchísimas de ellas, pero también queda por verse la posibilidad de que, si no todas, una buena proporción de ellas se exhiban en salas comerciales y/o culturales del DF. Ojala que sí.