Ayer, en lo que pareció más un acto de desesperación que de diplomacia, el presidente de México invitó –apresuradamente y fuera de su programa de actividades- al ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore a la residencia de Los Pinos. La invitación formal para visitar el DF se la hizo el propio gobierno de la ciudad, sin embargo, la presidencia se tomó la libertad de aprovechar la contingencia para hacer un acto público. En la recepción que tuvo lugar en Los Pinos, el presidente le dijo a Al Gore que está “plenamente comprometido” con la protección del clima. Ojo: hay que estar pendiente de esta promesa, sobre todo después de las agrias críticas que los panistas y sus secuaces han escupido frente a la "consulta verde" sobre la política ambiental del DF que se realizó el pasado domingo.
El mismo Al Gore, ya subido en el escenario del teatro Metropolitan horas después de haber visitado tanto al presidente de México como al gobernador del DF, lanzó un mensaje de advertencia no sólo al público presente sino probablemente también a los gobiernos federal y de la ciudad de México para que escuchen, entiendan y actúen a las recomendaciones de personajes como el Dr Mario Molina, quien está -ahora sí- plenamente consciente (y además de todo, plenamente en acción y no sólo lanzando declaraciones para cumplir con protocolos de gobierno) del problema que representa el calentamiento global a nivel mundial para el futuro de la población de este planeta. Vamos a estar muy pendientes del curso que tomen las políticas ambientales de país y del apoyo que reciban por parte del gobierno federal, sobre todo de cara con el compromiso público que ya hizo notar Felipe Calderón.
Para acabarla de… contrariar, Carlos Marín publicó una desacreditación cínica a la teoría del calentamiento global y, claro, a las consecuencias que va a acarrear, en su columna diaria en el periódico Milenio. Odio tener que hacerle propaganda, pero a veces hay que ver... para enterarse, nomás. http://www.milenio.com/mexico/milenio/firma.asp?id=534302
No sé cuál de las dos declaraciones es más cínica: si la de Calderón o la de Marín. Me quedo con la realidad de Mafalda, sentada a la cama de un globo terráqueo convaleciente... Imagino que la Ciencia estaría en el pabellón contiguo...