Thursday, February 22, 2007

¿Soy yo, o de verdad hay algo raro aquí?


Ayer se celebró una reunión de organizaciones sindicales y campesinas con los secretarios de Economía, Trabajo y Agricultura. El tema era la tan sonada petición de un aumento salarial de emergencia frente a las alzas de precios de la canasta básica.

La respuesta fue un rotundo "no".

El argumento, entre otros, fue que "el Ejecutivo no tiene facultad para otorgarlo".

No, pero el Ejecutivo, en toda su responsabilidad totalmente apegada a la Constitución de 1917, sí tiene facultad de otorgar un incremento salarial del 46% a los militares, de otorgar bonos sexenales a los consejeros del IFE, y de mantener sueldos de hasta 400mil pesos mensuales para los magistrados de la suprema corte...

¿soy yo, o hay algo que aquí no cuadra?

Y hablando de leyes... El Senado de la República, cumple: el otro día se aprobó por unanimidad la inciativa de ley que castigará a los pederastas y aquellos que usen menores de edad para lucrar por medio de la pornografía (a los miembros del clero se les castigará igual). Muy bien, muy bien, el Senado... cumple. Pero por favor, que alguien me aclare: ¿qué va a pasar con el sacerdote Nicolás Aguilar, quien fue encubierto por el cardenal Norberto Rivera?

Señores diputados y señores senadores: la aprobación de leyes es sólo el primer paso. El siguiente, y el más difícil, es eliminar la corrupción dentro del gobierno federal y dentro de la iglesia católica mexicana. A nadie le va a servir de nada su famosa ley si no demuestran que están haciendo lo posible por enjuiciar a los que ya han sido demostrados culpables. No nos den "atole con el dedo".

Wednesday, February 07, 2007

¿Qué celebramos anteayer?


Desde que tengo memoria, el 5 de febrero es día que no se trabaja y no se va a la escuela. Anteayer celebramos la creación de un documento oficial de gobierno que aparentemente dicta cómo debemos comportarnos (nosotros y las instituciones oficiales) para vivir “a gusto”.

Celebramos la creación oficial, “constitucional”, de una dependencia del gobierno federal que se dedicará a atender al expresidente Vicente Fox; es una dependencia nueva, da empleo a cerca de 100 personas (¿qué hacen tantas personas para uno solo expresidente?), y gasta millones de pesos. Junto a eso, celebramos que una ojeada más al centro histórico de la ciudad de México escupe niños desnutridos, personas sin casa, sin comida, y sin posibilidades de comprar un kilo de tortilla… Celebramos también el alza de precios a los productos de consumo básico: la tortilla, la leche, el jitomate… caray! Es constitucional, ¿o no?

Celebramos que RTC no permita que se transmitan algunos programas de partidos políticos: los del PRD, en donde López Obrador toma posesión como presidente legítimo. ¿por qué no lo permite? Pues porque el Estado, aquel ente invisible, inodoro e insípido, tiene una constitución desde 1917 en donde se garantiza la libertad de expresión… Celebramos la libertad de expresión de Gerardo Fernández Noroña, a quien un grupo de monigotes del estado mayor presidencial apañó por expresar su opinión afuera del Palacio Nacional… él estaba ejerciendo un derecho constitucional.

Celebramos que los magistrados del tribunal superior de justicia, aquella institución tan constitucional, pongan en duda la violación a los derechos humanos que nos asaltó ojos y oídos en mayo del 2006, por lo de Atenco. Celebramos que esos mismos magistrados ayer justificaron sus decisiones en aquel documento de 1917 (¿en dónde dice que se debe poner en duda el testimonio de mujeres violadas, hombres golpeados con saña, personas torturadas, a quienes se les negó la atención médica, y que fueron tratadas indecente e inhumanamente?)

Celebramos la desigualdad social y económica, los bonos sexenales a los consejeros del IFE –muy constitucionales-, junto al mísero incremento del salario mínimo que no alcanza para ganarle el paso al alza de la tortilla. ¿Está en la Constitución promover y mantener la desigualdad social?

Celebramos el constitucionalísimo sueldo de los magistrados (4 veces más que el del presidente, pero eso sí, están ahí para servirnos, para dejar que se cometan más violaciones a los derechos humanos en Oaxaca o en el próximo Atenco que se asome por la ventana).

Celebramos un México "apegado a derecho", un México "constitucional", un México no para todos, no, sino única y exclusivamente para la clase política y para los empresarios.