Wednesday, September 06, 2006

Adiós a Fox... ¿ya nos shingamos?


Ayer el TEPJF declaró que la elección 2006 fue valida, y que el presidente electo es Felipe Calderón. También reconoció que tanto Vicente Fox como el Consejo Coordinador Empresarial metieron las manos "hasta el fondo" e ilegalmente en la campaña electoral previa a la elección, lo cual va en contra del reglamento establecido por el IFE para hacer campañas electorales.

Después del clima de tensión política y social en el que estamos sumidos, la resolución del tribunal electoral era como una luz al final del túnel -en palabras de John Ackerman: "si el tribunal no nos defiende (ni nos presta su servicio), entonces ¿quién lo hara?-, sobre todo con respecto a los juicios que cuestionaron la participación del presidente y terceros en las campañas (de la declaratoria de presidente electo, ya todos esperábamos con desgano el resolutivo).

Por eso, fue como un respiro alivianador (que no aliviador del todo) el que los magistrados reconocieran y señalaran las fallas del presidente y los empresarios... Sin embargo, el presidente ni se sintió aludido, es más, en su discurso de reconocimiento al trabajo del tribunal, simplemente se montó en el caballo de que "(...) la Presidencia de la República ha actuado, en todo momento, con estricto apego a la ley y ha atendido puntualmente las indicaciones de las autoridades judiciales y electorales."


¿Qué es esto si no el DESconocimiento del fallo del tribunal?


No sorprende, por varias razones:

El presidente Vicente Fox no vive en México, sino en un país llamado Foxilandia, donde a los conflictos sociales agudos, como el de Oaxaca, se les denomina "estabilidad social";

A las violaciones flagrantes a los derechos humanos por parte de la PFP se les hace referencia como "acciones de salvaguarda de la soberanía nacional";

A unas elecciones plagadas de irregularidades se las califica de "pulcras";

Donde se abren mega-bibliotecas para deslumbrar a la ciudadanía, pero el hábito de la lectura queda relegado a segundo término, toda vez que el hábito de consumir importa más (de ahí el veto a la Ley para el Fomento a la Lectura);

Donde al teórico político ROMANO Marco Tulio Cicerón se le cambia la nacionalidad (a GRIEGO) y se le cita a diestra y siniestra sin antes pensar que esas citas también pueden aplicarse a los desvaríos del gobierno federal: "Mucha razón tenía Cicerón, gran constructor de instituciones republicanas, cuando aseguró que el buen ciudadano es aquel que no permite en su patria un poder que pretenda ser superior a las leyes." (Este fue un discurso pronunciado en Tamaulipas el pasado 28 de Agosto de 2006... o el que le escribió el discurso le jugó una mala pasada al presidente, o el mismo Fox pecó de pendejo).

Foxilandia es, pues, un país diferente de México. En ese lugar, el presidente se puede salir con la suya y quedar impune.

Por otra parte, Felipillo ya dijo qué quiere hacer ahora que sea presidente. Como pasa con todos los políticos, sus promesas son esperanzadoras. Es más, quiere lograr -enfáticamente- que todos, absolutamente todos los mexicanos tengan atención médica. Con nuestras gloriosas IMSStituciones, e ISSSTEituciones... ¿quién lo dudaría? Esperemos que el señor presidente electo, que obtiene atención médica "de volada" en el Angeles o en Médica Sur, que no tiene que esperar 10 horas para obtener cita con un médico, y que segurísimo nunca ha estado al borde de la muerte por la escasez de camas, medicinas y cirujanos, no nos esté dando atole con el dedo. Y eso no es todo, también dijo que se preocupará mucho por cuidar del medio ambiente y nuestros recursos naturales... mientras se preocupe por asegurar un flujo constante de recursos que apoyen a la investigación científica básica, podremos trabajar para que esa promesa sí se cumpla.

Adiós a Fox. ¿Adiós a Foxilandia?.

No te preocupes, Felipe, te tenemos vigilado.

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